martes, 3 de noviembre de 2009


ASFALTO

Se calló el niño,
los ojos ya no lloran,
se hipnotizan los huesos del caracol
hasta romperse.

Hay algo que no me pertenece
la gelidez de los ataques que me aplastan
y el despropósito de no sentirme tuya.

Me vuelvo redonda
difusa y amorfa
ajena a tus ojos alienados
dormida en el estallido.

No puedo pensarte
si no es con los labios doblados
y el cuello volcado en tu solapa.

Me aplasto en círculos
y vuelo repleta de burbujas,
giro con agujas de plástico
y estimulo mis ojos de gato.

Telarañas de viento
y ojos de metal
que no dejan ver tu escondite.

Agonizas, revientas, te congelas
y tus ojos mueren en el ártico.

El tiempo se agota en tus senos
y cada palabra tuya recae en el hielo.

Eres un violín
y ya no me atrapo en tus cuerdas.

Epígrafe: "Pensé en el vientre de mi madre de Nina Salinas"


OLFATO

Estallan mis ojos en círculo
y la retina se confunde con carbón.

Lámparas de gas que asfixian el recorrido de las libélulas
y calcinan el aire.

Delante e imperceptible
detrás de la conducción del sonido
hasta dar nombre al silencio.

Sangre que asfixia mis ojos
piel de pared que pinta el blanco de mis manos.

Muevo encajes de aire y me repliego en la pelota,
soy enana como un gránulo de sal.

Se taponan orificios por donde no puede caer el miedo,
aunque puedo olerte con el estómago.

Quédate detrás de mis ojos
si no quieres que te mire.


domingo, 27 de septiembre de 2009


LÁPICES

Dominó televisivo
que apelmaza las arterias y cae limpio.

Juntos en la rapidez
como divanes de caucho que inhalan la saciedad.

Polvo en la retina
que aletarga mis pupilas en una pesadilla.

Blancos y negros en la escala del color de la sangre,
hiriendo pasos de hielo
hasta convertirlos en rigidez.

Libianos dedos que no encuentran tinta
cayendo en el nido.

Me siento vértice
chocando una y otra vez en el fondo de un vaso vacío,
y después...dejo de oir.



MIENTRAS DURA LA ESCENA

Siento que el mundo es una esfera
figura cuadricular repleta de frío
con bordes metálicos e incombustibles.

Deseo matar el tiempo con mis tijeras,
clavarlas en el segundero de la soledad
y elevarlas hasta tocar el aire negro.

Me asfixio,
aprieto las manos hasta estrangularme,
me dejo caer
hasta perder los dedos.

Todo es metal,
sordidez cerebral que se astrigue hasta la médula.

Penumbra,
redondez visceral que me devora,
silencio voraz que se eleva en la caja que me lleva.

Cada parte sin resolver,
revela un sin sentido catódico,
que conecta los cables de la nostalgia
y enreda la oscuridad en un aplauso.


martes, 15 de septiembre de 2009


A MI PADRE

Me quedo sorda,
las manos me pesan y se desborda mi cerebro de cables.

Me aplasto por el peso,
huelo a incienso,
mi cabeza gira entorno a tu ojo.

Dientes inmóviles frente a tí,
con mis dedos pulso la soledad,
caigo de frente por el precipio de tu espalda.

Silencios,
tapadera destructora de orígenes
que se enlazan a mi vientre.

Giro como una cuerda
caen mis plumas hasta desnudar mi tiempo.

Te miro lejos,
en una imagen cortada y me quedo vacía.
Ya no me acuerdo como es tu rostro.


viernes, 26 de junio de 2009


MOVIMIENTO

Amo y odio la poesía hasta arrancarme el corazón como una loca,
me vuelvo hueso inherente a la piel
hasta sucumbir al deseo de la muerte.

Amo y odio la poesia como una ciega,
como una torpe, como una necia, como un espectro,
como una vieja circunscrita al testamento del mundo.

Puedo arder con mi cuerpo en una hoguera
o sentir placer cuando tocarme se me escapa de las manos.

Derramo las tiras de mi piel en la palabra,
crezco con dedos de lagartija y ojos de búho,
una vibración polar que derrite el hielo
y saca mis ojos al mundo hasta hacerlos rodar.

No hay tiempo para detenerse
porque mi deseo es, que nada pare.


domingo, 21 de junio de 2009


FUERA DE TIEMPO

No hay tiempo para hablar
aunque las palabras hablen solas.

viernes, 19 de junio de 2009


CÍRCULOS

Podría disparar el sonido
y alargar la voz.
Pero...hay ausencias.


SEIS MIL MILLONES....

Seis mil millones de gargantas,
de cuerdas vocales,
de bocas,
de cabezas,
y si lo multiplico por dos,
doce mil millones de ojos,
de manos
de pies.

El mundo es una caverna,
oscura,
limítrofe a la poesía,
donde se oculta la voz del hombre.

Somos muertes de esfingues terrestres
o de peces aleatorios.

Somos cavernícolas hambrientos de sed,
de odio,
de idiosincrasia.

Todo es inversosímil,
fantasmagórico,
¡qué paren los trenes! ¡la locomotora! ¡las cicatrices de voz!.

Cuando la molécula de voz estalla
y nos alimentamos de los otros,
ya no somos seis mil millones, ni doce mil,
ni nada cuantificable.

Somos partículas de hidrógeno
con nuestra linterna de piel,
somos hemisferios de palabras
con cruces de voz.

Hay un péndulo que se balancea alrededor de la figura de bronce,
tiznada,
envejecida,
supletoria,
con sus mallas fatídicas de sangre.

Salgo de la bolsa
repleta de seis mil millones de burbujas,
de pliegues,
de cartílagos y tendones,
de vísceras y huesos.

Veo luz,
mis manos son viejas,
etéreas,
eternas,
inciertas.

Tantas palabras,
tantas letras de voz,
tantos trofeos de sobriedad
que mi cintura es una vacilación.

Y que vengan ellos, los que sean,
seis mil millones, doce mil o veinticuatromil.


TU

Pongo tu ojo en mi nuca
y desaparece el miedo.

ALIENTOS ENTRECORTADOS

Cae la noche en alas de perro
y la llama del volcán,
refugia su cara lavada por la sangre.

Fracaso de vértigo,
régimen de paredes vacías,
música aleteante en la caja del cráneo,
fósil corazón de cristal.



POETA EN CUERPO Y ALMA

Desnudo,
repleto de llagas,
como un aborigen,
como una lengua abierta,
como un paladar estrecho,
desnudo.

Un silencio que rompe los espacios
y condensa manos blancas,
un silencio que calla soles negros
y me tapa los ojos.

Desnudo,
como siempre.



POEMA DE AMOR CARNAL

Un espacio,
una división fortuita de la palabra,
la escisión del tiempo bajo la piel,
la mirada desde abajo.

Un espacio,
la interrupción de un aliento,
gritos de polvo que arden,
la piel que se escama.

Un espacio,
como un puente o un lazo rojo,
que me arranca la piel
y me lleva al impulso.


ALAS DE MARIPOSA

Te veo,
me detengo,
te detienes,
el pulso se detiene.
No parar
es impulso.

domingo, 14 de junio de 2009


MIENTRAS SE CIERRA LA CORTINA

Mis labios tapan la oscuridad,
el centro en su burbuja de carbón
arranca la soga del silencio y la transforma.

Cabezas bailarinas,
lenguaje de huesos con su indiscrección gramatical,
pentagrama digital en el sonido de las rocas,
y el tiempo, que vuelve a mirarnos.

Mundo global que incinera la hipocresía,
cinturas de espuma que tienen cuerpo,
palabras en decadencia que tienen peso,
y el ojo, por detrás de la sombra.



A CONTRALUZ

Ojos abiertos,
manos eléctricas,
río de cuerpos,
ocho sílabas en el agua
y todo es tuyo.

Manos de árbol en la didáctica de insectos,
vivos al borde del instante,
horas de cuclillas, contigo,
y tras la herida,
fluye tu voz.

El blanco y todo su significado,
el rojo y todo su peso,
el amarillo con pico de ingravidez,
y el negro, desaparece.

Condena mental de las hadas en destrucción,
cada poro de hierro que se lleva el espacio,
cada revolución gris de las imágenes que tambalea tu dirección,
cada partícula en relieve que calla.

El cristal y el repertorio de magos, se suelta,
el centro está vacío,
y la sangre vuelve a su origen.




SE DESNUDA TU TRAJE

El mundo saca su trompeta,
en mitad del abrazo ídolos de azúcar,
laberintos de años silbando en el cuello de las calles,
en mitad del abrazo, a la intemperie.

Ojos que devoran y mueren
tras el bullicio de manos moradas,
se esculpen lienzos en blanco
donde situar la confluencia del espacio.

Tras la calavera de la idiosincrasia
barcos,
laberintos de bocas que se abren y pies como reptiles,
cadáveres que andan hasta eternizar el mediodía,
siempre llueve, en minúsculas y debajo de las olas.

Se calla todo lo imposible,
el espacio revienta en el sonido,
las palabras alargan su significado,
y el corazón
vuelca la sangre y lo llena de electricidad.



LATENCIAS

Salir del mapa
con pies de salto y manos de linterna.

Cuadrilátero de horas alteradas
que apartan el claxon de la sangre
y deshinchan los talones de la fiebre.

Alcantarillas de ciudad
vegetación en lugares comunes
que cantan a ritmo de fuego.

Invulnerable la lluvia que pierde la fuerza
mientras las manos de otros la condensan.

Fuego que abrasa los cuerpos,
rodillas de incorrección que parapentean el movimiento,
el sonido solo es nuestra aparición con ojos de mundo.


martes, 5 de mayo de 2009


ENCUENTRO PIRAMIDAL

Desaparecer o ser tiempo
muerte o sopa de letras.

Suturo mis labios a la pared
a los ojos blancos simbióticos a mis pupilas.

Lobo desnudo
zarpas sulfúricas que me aprietan
rebentando mi expiración.


Callo y no veo,
derramo letras incoloras
y mis huesos se invisibilizan.

Dama desnuda
ombligo pervertido en la pobreza,
cola de arcilla,
sin ojos,
barbas pletóricas de angustia
y te miro
en mi distracción epitelial.


(Fotografía de "Francis Bacon")

Sollozo efímero
diez dedos pulsan un recorrido
oidos de pez,
cintura de sangre,
zapatillas de destrucción.

Voy
quiebro
nombre
aquella grieta
la distancia
incolora
neutra
roja,
la herida de la sangre,
el corte de tu mano en mi garganta.

TEMPESTAD

Filiforme membrana de hombre
en medio de un mensaje hueco,
zapatillas
trozos de seriedad sedientos de hambre
visualizando al camello en un oasis desnudo.

Con tus ojos
con tu rostro alborotado
en medio de la plaza sindicalista del orden.

Tu camiseta astringente
lobo uraño
metamorfoseando el cansancio de los siglos.


Pato,
fósil hueso
grito cuando veo tu sangre.

Reloj negro
cita ascórbica con la destrucción del hombre
ébano narcisista con su paraguas.

Aquel pintalabios verde
que agiliza tus ojos como una libélula rapaz
enfrente de un caparazón de cobre.

Callamos con sombras originarias
enhebrando los pelos en medio de la calle.

Eres tiempo de asparto
volcado en la visera de la incongruencia.

Y llega el ocho,
la colocación del pensamiento
en el tenebroso dramaturgo de la luz.


sábado, 28 de marzo de 2009


INFLEXION

Se siente vértigo
algo más que aire cae por encima de tí,
algo más que un cuerpo
se suspende en hilos de sangre.

Los sonidos se confunden
la aceleración de tiempo cree salvarte
pero en realidad te mata con las manos.

El mundo en su pelota rueda en espiral,
mientras tú te quedas fuera,
eres un cuerpo sin forma,
deshabitado,
imprevisto de espacios locos
y tu voz muere en el aire.

Mis pies caen despacio
muevo los ojos repletos de hormigas
que se instalan en la visualización del mundo.


















La arquitectura de mi cuerpo se queda boca abajo
la órbita de mi cintura se comprime en un adiós,
mis dedos creen perderse
mientras el tiempo salta al ecuador del movimiento.

Todo es denso,
lento,
callado,
las palabras enferman en el equinoccio de las noches,
tus manos se fatigan
y creen encadenarse a un segundo de muerte.

Mientras todo se mueve
tú te quedas quieto,
con la cabeza colgada en el silencio
y la boca retrocediendo al cambio.

Todo pesa,
se encarcelan las manos a la noche,
el aliento cae por la escalera,
crees morir cuando te miras
porque tus ojos han cambiado de lugar.

Es un baipás
donde todo son impulsos
donde tu mano recoge tu otra mano
para avanzar en el silencio.

Es el frío en retroceso,
el escenario de la figura tumbada que ya no puede oir,
aquella con ojos como cavernas
que asustan con su velocidad.

Las agujas me cosen con sus hilos
miles de lágrimas,
me convierto en cristal para permanecer
fría,
intacta,
sin tiempo.

Todo son cortes,
gotas de sangre perturbando mi visión,
una piel atornillada a los huesos
para sentir su movimiento.

Es un temblor
que te levanta del sitio,
el grito de la soledad cayendo por tus labios
y en la pared tu imagen es un adiós.

El tiempo se resigna
aleatorio,
subjetivo,
difuso,
inexistente,
porque el tiempo es solo nuestro
modelado por el dedo de tu mano,
todo es magia
y tu sombrero es un círculo donde todo cambia.

Dejamos de girar
de movernos como estatuas de sal
entre figuras de hielo.

Ya no tengo nada que decir,
las palabras suturan el tiempo con las manos
y todo es un adiós que me abandona.
Del revés, el cuerpo puede verse
los espejos caen con la mentira
entre hombros descolocados,
y es que hay veces
que el tiempo tiene que callarse.



jueves, 12 de marzo de 2009


EN LA ESCALERA

Me voy, hacia tí,
divagando detrás de tu piel amortajada.

Me dejas seca
eliminas mi castigo
hacia el vértice de mi ojo.

Soy algo entre la nada
donde repiro adioses vacíos
y mi mano se despide del huracán del grito.

Deseo llorar
postrada,
en libertad,
entre gritos distraidos.

No impidas mi llanto
ni la eliminación de sangre vertical
entre dedos de asombro.

Hay un cristal
donde elevamos
volteretas de sombras sin vacíos.

Los vacíos pueden hablar de sombras
y las sombras de vacíos,
todo se repite
somos madejas de arterias
solidificando nuestra presencia imprevista
entre océanos de sal.

Soy la figura
entramada en el fondo de la superfície.
Afirmo que no soy nada
ni veloz,
ni lejana,
ni un crepúsculo de márgenes.


jueves, 26 de febrero de 2009


CARTA DEDICADA A PABLO NERUDA

Estimado Sr. Neruda:

Sin duda, es un placer comunicarme con usted a a través de esta carta, y hacerle llegar todo lo significa para mí la poesía, y el efecto que producen sus letras en toda su definición, mientras me desenvuelvo en la maraña de palabras tropezadas entre renglones.

Conocí sus lecturas hace ya unos años, mientras cursaba el último año de enseñanza superior. Anteriormente mi interés hacia la poesía era escaso. En este momento, pensaba que la poesía era igual que el resto de materias que cursaba, tan solo consistía en aprender, subrayar, memorizar, algo así como darle a todo un sentido. Posiblemente por ese motivo, no puede apreciar la maravilla de sus versos en ese instante, es cierto que todo cambió unos años más tarde.

Conocí la poesía, y la transformación que produjo en mí a los 26 años. Supongo que una parte de mí necesitaba un hueco para no pensar, para dejar fluir sentimientos inexplorados, para desnudar lo que hasta entonces estaba quieto entre las sombras de mi cuerpo. Escribir es el placer de entregarme a mi misma lo que desee, es lanzarme sobre las aguas hasta ahogarme en las profundidades de mi desvanecimiento constante, de divagar en los huecos astringentes de lo palpable hasta desenmarañar hebra a hebra cualquier borde que tapone mi ceguera. Es tan bello, moverse en direcciones contradictorias hacia un extremo u otro, liberándose de paréntesis de locura, abriendo las alas hacia un movimiento rotatorio, que desgrana tu piel en moléculas de oxígeno que vitalizan tu mente, y cambian el rumbo de todo tu mundo. Tal vez, se trate de todo un juego de palabras, cruzándolas, estirándolas, cambiándolas de principio a fin de escenarios, convirtiéndolas en marionetas de manos astutas, hasta dejarlas parar, para volver a empezar de nuevo. Escribir me extasía por completo, es el placer de mover la boca hacia una mueca colorista, de llorar, enloquecer, vibrar, girar sobre mi misma, ensayar mi propia muerte, pintar mi cara con el color de todo un mundo. Sin duda, encuentro el sentido de los puntos del silencio, en algo más que palabras, se destruyen los muros encerrados, en esferas de luz con sus hebras dispuestas en mi mano, y una paleta de colores, distribuida por mi piel, para pintar mi propio retrato.
A través de la poesía puedo sentirme, sin espejos, sin armas apuntándome a la cara hasta matarme, porque todos mis esquinas se han llenado de palabras que me acogen sin nombrarme, me asfixian de luces envolventes de plenitud, y abro los ojos a cualquier hora porque cualquier día es distinto. Supongo que todos los escritores, tienen tanto huecos, tanto espacios vacíos, tantas luces disipadas por semáforos en rojo, que tal vez yo sea uno de ellos. Siento que soy capaz de amar, porque la poesía me devuelve todo mi sentir sobre las cosas, mi sexualidad mediante señales orgásmicas que me hacen saber que tengo cuerpo, me devuelve mi cara amable, y desnuda cada poro de mi ser que se ha quedado oculto. Pero a veces, odio la poesía, tal vez porque supone mi transformación de sueños en realidades absolutas, y a veces solo quiero morir en silencio, pero mis letras me devuelven de nuevo la pluma entre mis manos como regalo para levantarme en la oscuridad y atropellarme solo con mi boca, con mi cuerpo revolcado en el placer de un nuevo amanecer ante mis ojos.
Tengo que agradecerle a usted, y a todos los poetas, la posesión en el tiempo de todo un signo, la verbalización de la trascendencia del ser, en algo más que hechos. Se circunda todo un mundo mientras otros se han quedado detrás de las señales.
Seguiré leyendo poesía, escribiendo todo aquello que me incite a enloquecer o a morir, a reír o a llorar, a levantarme o a moverme desnuda, porque todo lo demás son agujas que se caen, y mi hora ya ha llegado.
No me despido de usted sin antes dedicarle mis propias palabras. Gracias por ser poeta.

Titulo: “Insuficiente”
Epígrafe: “A los que como yo tienen varios modos de morir y cualquiera es
suficiente para encontrarse"


Morir,
inclinarse en mediodías desnudos,
con la cabellera vestibular entre las ingles,
y en la frente tu sello de voz.
Vivir,
mientras los hilos de la voz aguanten
cuando tu cara no tape tu otra cara,
cuando tus pies se adelgacen en un símbolo del mundo
y todo lo demás se quede quieto.
Mientras tanto, nos suicidamos,
con los ojos,
con las manos,
entre paneles luminosos de hielo.
Mientras tanto,
una lágrima se convierte en un epílogo inclasificable,
y tu voz es el advenimiento del punto donde empieza todo.

Le saluda atentamente

Teresa Sanz

"Por primera vez siento que me encuento en algún sitio, y es ahí donde me hallo, en mis palabras"

domingo, 22 de febrero de 2009


HILOS DE VOZ

El tiempo se ha llevado mis silencios
los ojos tatuados en mi piel
han llevado mi mirada hacia la muerte
la pared con sus figuras
me mira desde lejos,
y ahora me suelta entre vocablos de grito.

Mueren los silencios
entre ingravideces
mueren las voces
en desesperaciones de tiempo.

Hallo lo invisible en una mano
aquellada atrapada mientras el mundo llora
ahora suicidemos nuestros labios a la vez,
mientras el mundo gira
todo lo demás se queda quieto.

Ya no hay tiempo
ha muerto la palabra
tu voz desaparece
mientras todo calla.

Y ahora
tiembla la voz
y tu sombra
no es más que mi desvanecimiento.

viernes, 20 de febrero de 2009


INTERVALOS

Tu piel
muere de frío,
lenta,
grácil figura
desalentecida por las píldoras de la obviedad.

Es el grito,
el colmo de los astros entre pinceles,
se van congelando tus alas
y tus pies
se reclinan frente al recluso punto en el que habito.

La pluma serena
frente al congelado vidrio de los labios muertos,
crónico tu rostro
y tu voz
se muere despacio.


BOCA ABAJO

Caer por la ventana,
miles de cristales repartiéndose entre huesos,
manos dormidas
entre escombros de hambre.

El silencio del viento
con sus manos grandes,
el ojo invisible ascendiendo los cuerpos
en simétricos cristales de la noche.

El día se ha callado,
se ha poblado la palabra
con el secreto del naufragio.


CONTRADICCIÓN


Tal vez si o tal vez no
¿somos esferas de mármol?
¿somos cuadrantes de sol?
¿somos líneas de sangre?

Nos envolvemos entre direcciones locas
afirmativas
negativas
negras o rojas
iguales
distintas
sin comienzo
sin final.

Somos dramaturgos del tiempo
con prolongaciones de arterias
que entumecen nuestro grado de cordura.

Giramos
dejamos de girar
giramos
dejamos de girar
y en el fondo
el rostro ya no se mueve.

miércoles, 18 de febrero de 2009


EL OJO

El ojo que me ve,
se mueve en un giro constante,
desconectado de la cara,
ascendiendo en vertical,
quedándose quieto en la posición de la fatiga.

El ojo que me separa del mundo,
titubeante en el movimiento giratorio
sin marcas ni espacios descubiertos.

El ojo que se mueve quieto en la penumbra
recorre la fragilidad de una marca
registrada en la memoria.





Ese ojo,
que se cae rodando en un frase,
muriendo al perderse
en un giro inesperado de locura.

Muere un ojo,
después otro,
mueren los dos ojos,
muere la ira,
el cansancio de las manos inconclusas,
la paradoja de los ojos de la misma cara.



NUBES SONÁMBULAS

Inexorables manos
alargadas hasta cruzarse
y caer al vacío de no ser miembro.

Mutilantes pies
que se quiebran
al andar sin dedos.

Atropelladas bocas
tropezando hasta callarse.



Flagelados ojos
que se estiran hasta caerse
en el breve nido de la muerte.

Compungidos cuerpos
y desaparecidas espaldas
que revierten en la estrechez
de las cinturas.

Flotantes muñecas,
que se giran de costado
dándose la vuelta
hasta extinguirse.

Muere todo aquello que es cuerpo
mueres tú,
muere una duda en la pérdida del miedo,
muere el miedo al verte,
viéndote no hay nada que callar,
porque las palabras se estiran hasta abrazarte con sus hilos,
y al vencer,
descansas
de no haber sido
solo tú.

SEGUNDOS

Una mano grande
que me atrapa,
que se acerca zigzagueante a mi rostro helado.

Caen gotas de mis ojos,
se aploma mi cabeza,
pierdo mis manos en diciembre
y tú, me miras.
¿Puedes verme?
o ¿ves el espejismo de mi cara?



sábado, 14 de febrero de 2009

PERSONA

Tu piel
el surco simbiótico de los pliegues ciegos de la voz.

Tu boca
la membrana parpadeante frente al ciclón
de la palabra necia.

Tu mano
la escama disuelta en la permanencia de mi rostro

abstraído,
difuminado entre la escarcha,
moviéndose lento,
hacia atrás,
huracanado viento que levanta mis adioses.

Tus pies
aquellos perdidos mientras caes
ingrávido,
torcido,
místico zapato
alucinógeno de espuma.

Tu cintura
enclavada en la tibieza de mi cuerpo,
paralelogramo de la condensación de mis arterias,
aquellas marmoleadas por el ciclo del tiempo.

Cae la primavera en tu mano somnífera
el atisbo de luz desbaratado
en el hueco frágil de la luna,
la costra perseguidora de las noches
mientras la nada en mi ojo
ciega tu párpado.

Eres invierno
y mis manos se desnudan en tu piel
eres diciembre
y la última letra de mi nombre
se cae frente a tu boca.

Múdate a mi mes
y mientras tanto yo te espero entre la nieve.



"Dedicado a las miradas que sustituyen mi oscuridad por un encuentro".
"Hay vacíos que nunca pueden llenarse...pero a veces, las cosas pueden ser distintas"

AVES NOCTURNAS

Las plumas secas
de los ojos muertos
desprendidos entre adioses.

El pensamiento nocturno
detrás de tu frente
acercando tu memoria
a las paredes mudas del insomnio.

Tu gesto,
lascivo,
endiosado y purulento,
red de miradas
sosteniéndose en el subsuelo predilecto
de las almas.

Se cae una parte de tí,
mientras tus ojos
borran el mundo.


LATITUDES

Sospecho que me esperas
en el borde de tu boca
donde vacías la garganta
y el espectro de tu cuerpo
me desbarata.

Enlaces de lenguas
pretéritos hilos
mecidos en la pared del sueño.

La habitación,
retorciendo las manos cóncavas,
los pies girados,
los ojos ciegos,
el corazón en su orificio de suelo.

Cae la noche
en tus ojos estériles
y mi sombra
se muere sin aire.