jueves, 12 de marzo de 2009


EN LA ESCALERA

Me voy, hacia tí,
divagando detrás de tu piel amortajada.

Me dejas seca
eliminas mi castigo
hacia el vértice de mi ojo.

Soy algo entre la nada
donde repiro adioses vacíos
y mi mano se despide del huracán del grito.

Deseo llorar
postrada,
en libertad,
entre gritos distraidos.

No impidas mi llanto
ni la eliminación de sangre vertical
entre dedos de asombro.

Hay un cristal
donde elevamos
volteretas de sombras sin vacíos.

Los vacíos pueden hablar de sombras
y las sombras de vacíos,
todo se repite
somos madejas de arterias
solidificando nuestra presencia imprevista
entre océanos de sal.

Soy la figura
entramada en el fondo de la superfície.
Afirmo que no soy nada
ni veloz,
ni lejana,
ni un crepúsculo de márgenes.


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