domingo, 14 de junio de 2009


A CONTRALUZ

Ojos abiertos,
manos eléctricas,
río de cuerpos,
ocho sílabas en el agua
y todo es tuyo.

Manos de árbol en la didáctica de insectos,
vivos al borde del instante,
horas de cuclillas, contigo,
y tras la herida,
fluye tu voz.

El blanco y todo su significado,
el rojo y todo su peso,
el amarillo con pico de ingravidez,
y el negro, desaparece.

Condena mental de las hadas en destrucción,
cada poro de hierro que se lleva el espacio,
cada revolución gris de las imágenes que tambalea tu dirección,
cada partícula en relieve que calla.

El cristal y el repertorio de magos, se suelta,
el centro está vacío,
y la sangre vuelve a su origen.



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