martes, 15 de septiembre de 2009
A MI PADRE
Me quedo sorda,
las manos me pesan y se desborda mi cerebro de cables.
Me aplasto por el peso,
huelo a incienso,
mi cabeza gira entorno a tu ojo.
Dientes inmóviles frente a tí,
con mis dedos pulso la soledad,
caigo de frente por el precipio de tu espalda.
Silencios,
tapadera destructora de orígenes
que se enlazan a mi vientre.
Giro como una cuerda
caen mis plumas hasta desnudar mi tiempo.
Te miro lejos,
en una imagen cortada y me quedo vacía.
Ya no me acuerdo como es tu rostro.
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Poema sentido.
ResponderEliminarDentro de ese dolor, hay belleza. Me gustó, a pesar del tema.
Abrazos.
Gio.