miércoles, 18 de febrero de 2009


EL OJO

El ojo que me ve,
se mueve en un giro constante,
desconectado de la cara,
ascendiendo en vertical,
quedándose quieto en la posición de la fatiga.

El ojo que me separa del mundo,
titubeante en el movimiento giratorio
sin marcas ni espacios descubiertos.

El ojo que se mueve quieto en la penumbra
recorre la fragilidad de una marca
registrada en la memoria.





Ese ojo,
que se cae rodando en un frase,
muriendo al perderse
en un giro inesperado de locura.

Muere un ojo,
después otro,
mueren los dos ojos,
muere la ira,
el cansancio de las manos inconclusas,
la paradoja de los ojos de la misma cara.


1 comentario:

  1. Este me parece un buen poema...

    te veo activa y eso es bueno. Hay que escribir todos los días, si es posible...

    Un saludo.

    Gio.

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