jueves, 22 de abril de 2010


A DESTIEMPO

¿Cuántas veces hemos de nacer para tener un cuerpo al que escuchar?
¿cuántas veces hemos de pensarnos para sentir el descenso de una vida?
¿cuántas veces tenemos que mirarnos para saber cuanto dejamos de ser?
¿cuántas veces tenemos que arrancarnos el corazón y quedarnos con el latido interrumpido?
¿cuántas veces nos quedamos en la superficie porque el miedo es lo que nos separa del fondo?
¿cuántas veces dejamos de crearnos y lo borramos todo con un silencio?
Porque la vida no se constituye solo de palabras
sino de intercambios de almas donde en algún momento nos desnudamos.

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